Las y los huérfanos por feminicidio
Siempre hay un
momento en la infancia en el que
se abre
una puerta y deja entrar al futuro.
- Graham Greene
Si los feminicidios ya presentan
un alto impacto emocional por la manera en que es asesinada la víctima, existe
una problemática más que es necesario que el Estado atienda: las y los
huérfanos por feminicidio. Aquellos pequeñitos inocentes que no tienen la
capacidad de comprender por qué han matado de una manera tan violenta a su
madre. En muchos casos, presencian el feminicidio de su madre cometido por su
padre. Siendo esta una violencia extrema en contra de los menores.
Cuando el padre es el victimario como consecuencia de un feminicidio íntimo, ocurre que él, después de asesinarla, se suicida o escapa. Esto, por supuesto, genera una llaga psicológica más en el menor. Y si consideramos la ausencia de paternidades (emocionales o físicas) que existe en nuestra sociedad, la pérdida de la madre implica la pérdida de todo apoyo, sustento y guía que el menor pudiera tener.
Esta problemática jurídica, política
y social es igual de alarmante y lamentable que los mismos feminicidios. Primero
porque son víctimas colaterales invisibilizadas que no son atendidas como dicta
la ley general de víctimas, iniciando por la vulnerabilidad a su dignidad. Si ya existe
una falta de sensibilidad hacia la violencia que padece la mujer, los huérfanos
por este delito no resultan inmunes a dicho desprecio.
[En el 2001, en Ciudad Juárez, Chihuahua, fue asesinada Lilia Alejandra, a quien hallaron sin vida en un lote baldío con signos de violencia sexual. En ese entonces tenía dos hijos: Jade y Kafet, de dos años y cinco meses. Hoy ya son unos jóvenes que no comprenden por qué asesinaron así a su mamá y todo este tiempo han sido cuidados y mantenidos por su abuela materna.]
Hasta el 2021, conforme al
Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, existía
el registro de mil novecientos veintiseis niños y niñas en esta situación. Estadística que considero maquillada, cuidada
con la finalidad de mostrar que las cosas se están haciendo conforme a derecho.
Psicológicamente, muchos de ellos
presentan trauma porque presenciaron el feminicidio de su madre a manos de su
padre y aunque no lo hubiesen presenciado, el hecho de saber que asesinaron con
extrema violencia a su mamá, genera cierto trauma y más al enterarse de que el
asesino es el padre o pareja de la víctima y que el asesinato fue con extrema
violencia.
[El 23 de agosto del 2017, Giovanny asesinó a Lorena Flórez Manrique, su expareja y la madre de sus dos hijos. El hijo menor de Lorena, un pequeño de 3 años, fue uno de los testigos del momento en que Giovanny decidió acabar con su vida a puñaladas. El niño permanece bajo control psicológico y debe estar así hasta la adolescencia, pues el trauma de haber presenciado el asesinato de su madre le generó un bloqueo y un rechazo evidente hacia su padre.]
Algunos niños y niñas, al tener
acceso a internet y no saber el paradero de su madre, se aventuran a buscarla
por la red y así, por notas periodísticas, es que se enteran de lo sucedido a
su mamá. Aunado a esto, muchos de estos infantes, también fueron víctimas de
violencias por parte del mismo agresor.
Sustantivamente existe un
protocolo nacional enfocado a la atención y protección integral para las niñas,
los niños y los adolescentes en condición de orfandad por feminicidio;
adjetivamente, el ejercicio no se implementa y deja indefensos a estos
pequeños.
[En un país donde cada mes asesinan a 312 mujeres, según los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), las fiscalías estatales reportan únicamente 947 niños y adolescentes en orfandad por feminicidio de 2015 a abril de 2022. El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) no tiene datos actualizados desde el inicio del Protocolo; la Conavim negó tener competencia en este asunto en particular; y la CEAV respondió que no tiene registro de víctimas y que no ha realizado acciones sociales porque es una tarea del DIF.]
Las víctimas colaterales de este
delito requieren:
- · Restitución. Rehabilitación. Compensación. Satisfacción. Medidas de no repetición[1].
- · Intervención psicológica
- · Intervención de Trabajo social
- · Apoyo y acompañamiento jurídico
- · Indemnización económica
- · Garantía de no repetición
- · Protección y garantía para el desarrollo integral de su niñez
- · Lo que resulte.
- · Niños en situación de calle
- · Estrés postraumático
- · Conductas de retroceso en el desarrollo del menor
- · Podría desarrollar conductas delictivas
- · Pueden presentar mutismo
- · Si fueron abusados sexualmente, pueden presentar conductas hipersexualizadas
- · Pueden presentar trastornos de conducta alimentaria
- · Autolesiones
- · Intentos de suicidio
- · Depresión / ansiedad / miedo
- · Disociación de la realidad
- · Trastornos del sueño
- · Consumo de sustancias psicoactivas
Nuestra Ley General de Víctimas
pinta un hermoso paisaje de acuarela sobre cómo debería atenderse a una víctima
del delito, resulta deleitable leer la perfección con que el gobierno se
compromete a reivindicar a las víctimas. Pero no es más que eso. En la
realidad, esta ley no se cumple.
La buena nueva es que a partir
del 2011 y gracias a la reforma que sufrió nuestra Constitución Política, para
la apelación de derechos de la víctima, podemos allegarnos a los tratados
internacionales de los que México forma parte, así como al derecho
internacional, ya que alegamos el principio pro-persona.
Cecilia Monzón Pérez (lamentable
víctima de feminicidio íntimo) nos dejó como legado la ley Monzón, donde,
protegiendo la integridad de los menores huérfanos por este hecho, establece
que el padre perderá la patria potestad cuando el titular reciba una condena
por delito de feminicidio en contra de la madre de sus hijos. Hasta agosto del 2023 había sido aprobada en Puebla[2],
Colima, CDMX y Sinaloa. Urge que su aplicación sea a nivel nacional.
La triste realidad es que son niños, niñas y
adolescentes a los que nadie, en particular, atiende. Si tanto decimos que los
niños son el futuro de México, ¿qué futuro podría esperarnos con tantos
infantes perturbados por este hecho delictivo? Estamos tejiendo un núcleo social
cada vez más enfermo y peligroso.
La verdad de los feminicidios
íntimos nos araña la cara, ya no se pueden negar los asesinatos a mujeres a
manos de sus parejas o exparejas frustrados por celos, porque no desean seguir
con ellos, porque la mujer ya no se somete a lo que ellos dicen, etc. La
problemática va más allá. Sí los huérfanos, pero también la familia en línea
directa como padres y hermanos, padecen de exclusión social y discriminación,
dando como resultado amenazas, ataques o agresiones, intimidaciones y claro, la
falta de empatía social.
México necesita ir más allá de su
mediana filosofía de justicia restaurativa. Aplicar el protocolo de actuación
con perspectiva de género y restaurar las infancias destrozadas a causa de la
impunidad que permea la violencia de género y los feminicidios.
[Cada día extraño a mi mami y su forma de acariciarme, besar mi frente y decirme que la Virgen me cuida. ¿Por qué no la cuidó a ella?] -Niña de 7 años. Víctima colateral de feminicidio. Hija de nadie que vive en la sombra.
[1]
Contenidas en la Ley General de Víctimas.
[2] La
jornada de oriente. Avanza Ley Monzón en 17 estados del país, de los cuales en
cuatro ya se aprobó. Recuperado de: https://www.lajornadadeoriente.com.mx/puebla/avanza-ley-monzon-en-17-entidades-federativas-del-pais/
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