El año de 1843 se engalanaba con la publicación de “Cuento de navidad” del escritor británico Charles Dickens. Una historia ambientada en Londres que narra la solitaria vida del avaro señor Scrooge. En la actualidad esta historia se ha vuelto tan popular que no es necesario que la describa, incluso ha sido adaptada al cine y al teatro. Tiene versiones infantiles que resultan muy adecuadas para la época navideña.
Parte del compromiso social de un
escritor es proyectar la realidad en sus letras, cosa que Dickens hace
demasiado bien en esta novela. La clase social baja es mostrada con carencias,
enfermedades, hambre y pocas posibilidades para sobrevivir, pero eso sí, con
mucho amor entre ellos.
Es justamente donde quisiera
centrar el análisis de este clásico literario: Dickens muestra y denuncia, a
través de esta helada historia, que hay un sector de la población que padece
injusticias económicas y ello repercute en, lo ya mencionado, carencias,
enfermedades y hambre.
Si trasladamos aquella realidad
londinense de 1843 al México vanguardista del 2023, la situación sigue siendo
la misma. La distribución de la riqueza favorece solo a algunos y, obedeciendo
a nuestro sistema capitalista, una mayor parte de la población continúa ahogada
en la pobreza extrema, tal como los desdichados personajes de la novela de
Dickens. Según el CONEVAL, para agosto
del 2023 había en México 46.8 millones de personas en situación de pobreza, por
supuesto que esto obedece a diversos factores y también resulta en varios
problemas sociales delicados, como el tráfico de drogas o la trata de personas.
Volviendo a la novela, esta ha
sido catalogada dentro del género de terror, dados los fantasmas que aparecen
al viejo Scrooge; también se ha clasificado dentro de las lecturas navideñas y
por si fuera poco, se ha contemplado entre aquellas novelas salvadoras que
alzan la voz por los más desdichados.
El escritor victoriano, autor de esta atemporal obra, fue
criticado por escritores de alta gama como Virginia Woolf, quien decía que a
sus obras les faltaba profundidad psicológica y bueno, recordemos que las obras
de Woolf poseen una profunda crítica, denuncia y exigencia acerca de los derechos
de la mujer, por ejemplo. Con su célebre
frase: “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir
ficción” hoy resulta una referente para el movimiento feminista internacional
exponiendo las dificultades de las mujeres.
Dickens exhibe pero no propone. En su obra, el mensaje se reduce a que si las personas se comportaran con empatía, el mundo no poseería tantas injusticias. Dibuja a un hombre rico y audaz para los negocios que es antipático, hosco y solitario. (Esto, como resultado de su historia de vida, diría que obedece a un hombre lastimado y herido, que obviamente no ha tenido un proceso personal que le ayude a superar dichas desgracias). Manifiesta que si el rico fuera bondadoso, el pobre viviría mejor y en una de esas, no sería pobre.
Empero, en un mundo capitalista,
la solución a la pobreza no puede ser siempre estar ayudando y otorgando
caridad al pobre. Benjamín Franklin, manifestó: “Yo creo que el mejor medio de
hacer bien a los pobres no es darles limosna, sino hacer que puedan vivir sin
recibirla” y es que vivir de limosna no es para nada digno (apegando “digno” al
significado de nuestros Derechos Humanos Universales).
Con ello, comulgo con la opinión
de George Orwell sobre este escritor victoriano “Dickens no fue un escritor
revolucionario” sus críticas se enfocan más a la moralidad que a la propuesta. En
su época sus textos volcaron a la sociedad por señalar la tiranía propia
existente en ella.
El problema de la pobreza obedece
a tantos factores y ha sido objeto de tantos estudios con diferente perspectiva
(filosófica, religiosa, social, psicológica y demás) que indicar que la bondad
es una solución, resulta utópico y hasta cómico.
Lo que sí resulta digno de
resaltar en Dickens es su habilidad para recrear la infancia en sus obras. No
hay otro escritor de su época que lo hiciera como él, tal es el caso de “David
Copperfield”, donde reproduce los mecanismos de la mente infantil, algunos
críticos literarios comentan que muchos episodios de dicha novela son
autobiográficos. David Copperfield se corona el hijo favorito del autor.
Copperfield será motivo de otro análisis pertinente a la obra de Charles
Dickens.
Por ahora es necesario comprender
que “Cuento de navidad” es para concientizar sobre la desigualdad y la falta de
oportunidades en los sectores más vulnerables de la población, resulta una
historia conmovedora y digna de ser disfrutada con una taza de chocolate con
malvaviscos entre las manos.
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