El álgebra abstracta o álgebra superior estudia las
estructuras algebraicas como las de grupo, anillo, cuerpo, espacio vectorial y
demás; fue creada por una mujer.
Recuerdo, cuando era adolescente y pensaba en qué carrera
profesional estudiaría, había un mito que rondaba el contexto académico: las
matemáticas son para hombres. Por eso las ingenierías, la física, robótica y
demás profesiones donde abundaran las fórmulas matemáticas no eran muy
atractivas para las mujeres, incluso, no eran adecuadas. ¿De dónde surge este
mito?
Pues nada más y nada menos que del sistema patriarcal donde
se nos encasilla idóneamente en las áreas de limpieza, cuidado, enseñanza,
organización y demás. Esto se lleva al área académica y entonces las carreras
profesionales adecuadas para nosotras resultan ser: enfermería, docencia,
administración, contabilidad, belleza, puerperio, diseño, psicología y demás
actividades que encajen en el rol de género asignado por el sistema. Mientras
que a los hombres, se les posiciona como los inteligentes y aptos para el
desarrollo de actividades adecuadas a su rol.
¿Estará informado este sistema que quien creó el álgebra
abstracta fue una mujer? Emmy Noether, judía alemana nacida en 1882 en Erlangen,
quien se dedicó al estudio de las matemáticas y dio clases en el Instituto de
matemáticas de Erlangen pero no recibía sueldo.
“El Teorema de Noether[1]”,
formulado en 1915, es uno de los más importantes que guía el desarrollo de la
física moderna. Estos conocimientos quedaron plasmados en sus libros. En los últimos
años de su vida se dedicó a los números hipercomplejos y la teoría de grupos.
Su mente y audacia para las matemáticas la posiciona en un lugar
privilegiado para nosotras; es un referente para entender que las mujeres somos
capaces de desarrollar todo aquello que nos han dicho que no podemos o no
debemos porque no nos corresponden dichas áreas.
«Emmy Noether ha sido el genio matemático más importante que
jamás ha habido desde que se permitió a las mujeres acceder a la educación
superior» Fueron las palabras de Einstein sobre ella.
La historia de esta mujer es propicia para alentar a
nuestras niñas a estudiar lo que quieran, ya que equivaldría a tomar un mazo y
derribar el muro de ideas patriarcales que no nos quiere ver avanzar.
Tengo la seguridad que, si en mi época adolescente, alguna
mujer me hubiera contado esta historia, me hubiera ayudado a ampliar mi
horizonte en cuanto a la elección de una carrera profesional.
Sin embargo, es tiempo de hacerlo con las nuevas
generaciones. Nombrarles a las mujeres que nos han abierto el sendero del
pensamiento, seguro, será ayudarlas a lanzarse del trampolín patriarcal sin
miedo y entonces, podremos verlas volar.
Renombrar a mujeres como ella es mantener viva la lucha
feminista y ayudar a otras mujeres a avanzar.
¡Amiga, la lucha continúa!
[1] Expresa que cualquier simetría diferenciable,
proveniente de un sistema físico, tiene su correspondiente ley de conservación.
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