Serie: Mujeres que nos han abierto el sendero del pensamiento.
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Es común que al estudiar la
historia de los imperios antiguos nos encontremos con que, mayormente, los
fundadores de un imperio, fueron hombres. Los señores, los fuertes, los que
sometieron en una batalla. ¿Cuándo
comenzaremos a reescribir la historia para darle el merecido reconocimiento, a
las mujeres que también fueron guerreras y, en este caso, fundadoras de un
imperio?
Zenobia era una mujer morena
hermosa, inteligente y líder militar. La ciudad de Palmira ya tenía historia
importante en la milicia, ya que, podría decirse que protegía al imperio romano
del imperio sasánida. Palmira se convirtió en una de las ciudades más ricas del
siglo III.
Probablemente, era de origen árabe, su familia obtuvo la ciudadanía romana en el siglo II a.C. pertenecía a la nobleza. Nacida en torno al año 240. Descendiente de Cleopatra y de los generales de Alejandro. Además, se sabe que era altamente culta y hablaba varios idiomas.
Alrededor de sus 27 años, Zenobia
se convierte en Señora de Palmira. Comienza a emitir monedas con su rostro y se
declara “augusta”, que era un apelativo exclusivo del emperador, esto fue un
claro desafío a Roma.
Fundó el imperio Palmira y
conquistó: Siria, Capadocia, Palestina, Anatolia, Egipto y el Líbano.
Posicionado detrás del imperio romano y del imperio sasánida en cuestiones de
grandeza e importancia.
Si bien, su imperio duró solo
cinco años siendo derrotado por el emperador Aureliano, se puede rescatar la
valentía de Zenobia para crear el imperio y desafiar al imperio Romano. Fue capaz
de mantener su imperio y dirigirlo conquistando a otros imperios importantes y
fuertes de aquella época.
Los historiadores no se ponen de
acuerdo sobre su final, lo cierto es que su grandeza radicó en su capacidad
para la creación de un imperio, breve pero trascendente.
Poder como el de Zenobia, lo
poseemos muchas mujeres de la actualidad; más allá del “si ella pudo, yo
también puedo”, estamos ante el claro ejemplo de la fuerza e inteligencia que
poseemos las mujeres.
Hoy quizá ya no fundamos
imperios, pero sí familias. Muchas mujeres son el pilar de sus familias, haya o
no haya marido, ellas son quienes educan, cuidan, cocinan, muchas tienen
trabajos alternos para contribuir con los gastos de la casa.
Ya no fundamos imperios, pero sí
empresas. Hoy hay mujeres emprendedoras que fundan grandes negocios, que crean
empleos, ayudan a sus comunidades y a otras mujeres.
Pensándolo bien, sí hemos fundado
un imperio: El imperio violeta; lleno de mujeres guerreras dispuestas a luchar
por una vida libre de violencia. Mujeres unidas en sororidad que perseguimos un
mismo fin: romper las malditas cadenas del Patriarcado. Zenobia es el ejemplo
de lideresa militar que, muy probablemente, todas las mujeres llevamos dentro.
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