Hipatia: La auténtica maestra de los misterios de la filosofía.

 


Serie: Mujeres que nos han abierto el sendero del pensamiento.

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Imagen: AKG / Albúm.


Comenzar a introducirnos en el camino de Hipatia en este mundo, me permite confirmar que el fanatismo religioso no es nada nuevo, así como que no conoce límites. Estos fanáticos temen tanto el castigo divino que, por propia mano, castigan a los que creen estar fuera de su falso e hipócrita moralismo religioso.

Hipatia nació en Alejandría y el nombre de su madre es desconocido. Cosa nada rara, ya que se trata de la omisión de una mujer; hecho que ha existido desde tiempos antiguos y que ahora, en estos tiempos de los dosmiles, tratamos de rescatar a las mujeres que han intentado borrar. En el caso de la madre de esta gran filósofa, no se tiene registro alguno. Sin embargo, el caso de su padre es diferente, se trata de Teón, quien fue un famoso matemático y astrónomo.

Ella, estudiosa de las religiones habidas hasta su existencia, versada en literatura y ciencia. Mujer de rebasada inteligencia para los filósofos de su época; desarrolló nuevas soluciones para la aritmética de Diofanto, padre del álgebra, como un nuevo y eficiente método para hacer divisiones largas.

Una mujer pensante que no comulgaba con ideas religiosas de cristianos, por ello era considerada pagana y era mal vista. Juzgada por no juzgar como los que se creen con la potestad de hacerlo. Este acto valeroso y de libertad mental, la llevó a la muerte.  

Hay una anécdota que quizá sea la más conocida de ella por la osadía y virtud que representa:

“Una ocasión, mientras ella daba clase, un alumno le confesó estar enamorado de ella; ella le arrojó una tela con su fluido menstrual diciéndole: <De esto estás enamorado y no tiene nada de hermoso>” Una escena maravillosa donde ensalza y muestra la realidad fisiológica del ser mujer. Escenas que ahora están encaminadas a la burla, porque parece ser que a los hombres de nuestra generación les causa mucha gracia ver una toalla sanitaria, resbalando de entre las piernas de una mujer, con aquel fluido sanguinolento que reverencia la vida.

No obstante su belleza e inteligencia, se piensa que fue una mujer célibe, situación considerada una virtud en aquel tiempo y espacio.

En la recopilación de las epístolas de Sinesio de Cirene se encuentran las lecciones de Hipatia. Es donde podemos encontrar un tanto de su obra; él se refería a ella como “La auténtica maestra de los misterios de la filosofía”.

Alejandría, en ese tiempo, era un lugar donde convivían ateos, judíos y cristianos, sin problema hasta que aparece una persona de mente retorcida: “Cirilo” obispo y patriarca, religioso y cero tolerante con aquellos cuya ideología era diferente a la represiva. Además, Hipatia, fue acusada de ser la causante de que Orestes, prefecto imperial, no comulgara completamente con las ideas religiosas de Cirilo.

El obispo impuso, entonces, motines antijudíos y expropió las sinagogas de la ciudad. Se desarrollaba una guerra entre cristianos y no cristianos. La literatura y la cultura sufrieron un retroceso, Alejandría gozaba de fama de centro intelectual en el pasado; en los tiempos de Hipatia, sufrió una fuerte represión a la cultura y las artes. Su declive comenzó cuando Julio César incendió su famosa Biblioteca.

Justo en medio de esta guerra, Hipatia fue interceptada por un grupo de cristianos que, por ser considerada como pagana, la desnudó y arrastró hasta una iglesia con el fin de humillarla; después fue desollada, descuartizada y finalmente, incinerada.  

Un desenlace atroz para una mujer de grandes aportes para su sociedad y aún para la nuestra. Los religiosos temieron de su saber e inteligencia, sabían que no compartía aquellas violentas ideas y por ello fue vista como enemiga y llevada a una muerte grotesca. Muy probablemente porque ella hubiera tenido la capacidad y fuerza para desbaratar su cerrada ideología.

Hipatia ha sido pasada de generación en generación y su legado sigue vigente, una mujer tan importante no puede ser borrada de la historia de las mujeres que nos han abierto el sendero del pensamiento.

 ¡Sigamos hablando e inspirándonos en ella!

 


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