Violencia psicológica 2/3. (Micromachismos)

 


Mónica Maydez.


La violencia psicológica que vivimos las mujeres es muy amplia, por ello, es necesario ramificarla. No todo versa en que nos tachen de locas y nos hagan dudar de nuestra propia cordura, resulta que hay otros tipos de violencia psicológica que se aplica en diversos contextos. Hoy quiero puntualizar en los siguientes:

  • Mansplaining.

Esta es una horrorosa acción que tienen muchos hombres, en cualquier contexto sociocultural, al escuchar hablar a una mujer. Interrumpen el discurso de la hablante para explicar lo que quiere decir. Minimizando y ridiculizando la peroración que estaba dando ella para invalidarla; de esta forma él cree que puede explicar mejor o que posee mejores argumentos para exponer sobre dicho tema. Cuestiona severamente a la mujer que habla. Esto bien puede ocurrir alrededor de una mesa en una comida familiar o en el estrado de una universidad. Se resume en la siguiente falta hacia nuestro intelecto: ¿En verdad sabes de lo que hablas?

  • Bropiating.

Esta práctica es más común de lo que podría pensarse. Se realiza en contextos escolares y laborales. Excepcionalmente, ocurre dentro del ámbito familiar. La identificamos por el robo de la idea de un proyecto o de un proyecto elaborado por una mujer, por parte de un hombre. Él presenta dicha idea y se hace acreedor de todos los créditos como autor principal y único. En el contexto laboral, es común que las mujeres sean quienes realizan los proyectos que ayudan a los hombres a ascender de puesto. Escolarmente, sucede cuando una mujer realiza una tarea, un trabajo de investigación, una tesis, etc. y un hombre lo presenta diciendo que es suyo.

Esto ha ocurrido en el ámbito de la literatura, arte, arquitectura, ciencia, música, etc. Las mujeres nos hemos visto opacadas e invisibilizadas, por ello, son los hombres los que deciden llevarse nuestros créditos.

En el ámbito familiar ocurre cuando, por ejemplo, el padre le pide a la hija ceder los créditos de un trabajo a su hermano. Esto ocurre con la nefasta idea de que él necesita superarse porque, en el futuro, tendrá que mantener a una familia y eso le requiere prestigio; ella en cambio, se casará y entonces su marido le proveerá de todo lo necesario, por lo tanto, no necesita ganar prestigio laboral o institucional.

  • Ghosting.

La responsabilidad afectiva es algo con lo debemos contar antes de involucrarnos en una relación, sea esta de amistad o de amor. No es algo propio de mujeres u hombres. Relacionarnos con una persona implica cuidarla. Abrir diálogos para entender emociones. Escuchar y acompañar a la otra persona teniendo en cuenta su sentir.

Esta forma de violencia sucede cuando de manera abrupta se termina con una relación de cualquier índole. De la noche a la mañana, la otra persona ya te bloqueó de sus redes sociales y no hay manera de contactar con ella. Lo último que hablaron es indiferente, pudo haber sido algo bueno o algo malo, lo cierto es que no tuvo el valor de decir de frente que ya no desea ser parte de tu vida.  Así, deja en la penumbra a la otra persona, con un puñado de cuestionamientos que no hallan respuesta. Provocando inestabilidad emocional. Si bien puede ocurrir por parte de ambos géneros, lo más común es que suceda de parte de un hombre hacia una mujer.

  • Manterrupting.

Es aquella interrupción brusca de parte de un hombre hacia una mujer con la finalidad de que la conversación gire en torno a él. Esto sucede en cualquier ámbito social y el mensaje es: “Lo que yo tengo que decir es más importante que lo tuyo”. Esto obedece al trasfondo cultural “Calladita te ves más bonita” o a aquellas ideas preconcebidas que establecen que siempre es más importante lo que el hombre tiene para decir que lo que diga una mujer.


Estos machismos afectan nuestra salud emocional, nos minimizan y humillan. Es violencia psicológica por las acciones/omisiones y por las consecuencias que, en algunos casos, podrían ser fatales.

En nuestra historia como humanidad, las mujeres han sido borradas, dándoles siempre el crédito a los hombres. Las mujeres han hecho trabajos tan relevantes, incluso más, que los de los masculinos; nuestra historia, redactada por hombres, decidió ocultarlas para que las próximas mujeres nos contentáramos con nuestro papel social de madre, esposa, religiosa y todos los roles impuestos que conlleva.

Las mujeres estamos rompiendo con las cadenas patriarcales. Nos hemos dado cuenta de estos tipos de violencia, por ello los combatimos desde nuestras trincheras; dándonos el crédito que nos han quitado. No hay formas perfectas de luchar porque la historia está llena de derramamiento de sangre, por ello no es válido que nos digan “No son las formas” cada mujer lo hacemos con las mejores armas que poseemos.

“…y la que quiera romper que rompa, y la que quiera quemar que queme, 
y la que no, que no nos estorbe”  

–Yessenia Zamudio (víctima colateral de feminicidio)

 

 


Comentarios

  1. Magistral artículo Mtra. Mónica Maydez. Gracias por colocar estas ideas por escrito.

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    1. Ale, por favor, ayúdame compartiéndolo. ¡Muchas gracias!

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