Mónica Maydez.
La violencia psicológica que
vivimos las mujeres es muy amplia, por ello, es necesario ramificarla. No todo
versa en que nos tachen de locas y nos hagan dudar de nuestra propia cordura,
resulta que hay otros tipos de violencia psicológica que se aplica en diversos
contextos. Hoy quiero puntualizar en los siguientes:
- Mansplaining.
Esta es una horrorosa acción que
tienen muchos hombres, en cualquier contexto sociocultural, al escuchar hablar
a una mujer. Interrumpen el discurso de la hablante para explicar lo que quiere
decir. Minimizando y ridiculizando la peroración que estaba dando ella para
invalidarla; de esta forma él cree que puede explicar mejor o que posee mejores
argumentos para exponer sobre dicho tema. Cuestiona severamente a la mujer que
habla. Esto bien puede ocurrir alrededor de una mesa en una comida familiar o
en el estrado de una universidad. Se resume en la siguiente falta hacia nuestro
intelecto: ¿En verdad sabes de lo que hablas?
- Bropiating.
Esta práctica es más común de lo
que podría pensarse. Se realiza en contextos escolares y laborales.
Excepcionalmente, ocurre dentro del ámbito familiar. La identificamos por el
robo de la idea de un proyecto o de un proyecto elaborado por una mujer, por
parte de un hombre. Él presenta dicha idea y se hace acreedor de todos los
créditos como autor principal y único. En el contexto laboral, es común que las
mujeres sean quienes realizan los proyectos que ayudan a los hombres a ascender
de puesto. Escolarmente, sucede cuando una mujer realiza una tarea, un trabajo
de investigación, una tesis, etc. y un hombre lo presenta diciendo que es suyo.
Esto ha ocurrido en el ámbito de
la literatura, arte, arquitectura, ciencia, música, etc. Las mujeres nos hemos
visto opacadas e invisibilizadas, por ello, son los hombres los que deciden
llevarse nuestros créditos.
En el ámbito familiar ocurre
cuando, por ejemplo, el padre le pide a la hija ceder los créditos de un
trabajo a su hermano. Esto ocurre con la nefasta idea de que él necesita
superarse porque, en el futuro, tendrá que mantener a una familia y eso le
requiere prestigio; ella en cambio, se casará y entonces su marido le proveerá
de todo lo necesario, por lo tanto, no necesita ganar prestigio laboral o
institucional.
- Ghosting.
La responsabilidad afectiva es
algo con lo debemos contar antes de involucrarnos en una relación, sea esta de
amistad o de amor. No es algo propio de mujeres u hombres. Relacionarnos con una
persona implica cuidarla. Abrir diálogos para entender emociones. Escuchar y
acompañar a la otra persona teniendo en cuenta su sentir.
Esta forma de violencia sucede
cuando de manera abrupta se termina con una relación de cualquier índole. De la
noche a la mañana, la otra persona ya te bloqueó de sus redes sociales y no hay
manera de contactar con ella. Lo último que hablaron es indiferente, pudo haber
sido algo bueno o algo malo, lo cierto es que no tuvo el valor de decir de
frente que ya no desea ser parte de tu vida. Así, deja en la penumbra a la otra persona,
con un puñado de cuestionamientos que no hallan respuesta. Provocando inestabilidad
emocional. Si bien puede ocurrir por parte de ambos géneros, lo más común es
que suceda de parte de un hombre hacia una mujer.
- Manterrupting.
Es aquella interrupción brusca de
parte de un hombre hacia una mujer con la finalidad de que la conversación gire
en torno a él. Esto sucede en cualquier ámbito social y el mensaje es: “Lo que
yo tengo que decir es más importante que lo tuyo”. Esto obedece al trasfondo
cultural “Calladita te ves más bonita” o a aquellas ideas preconcebidas que
establecen que siempre es más importante lo que el hombre tiene para decir que
lo que diga una mujer.
Estos machismos afectan nuestra salud emocional, nos minimizan y humillan. Es violencia psicológica por
las acciones/omisiones y por las consecuencias que, en algunos casos, podrían ser
fatales.
En nuestra historia como
humanidad, las mujeres han sido borradas, dándoles siempre el crédito a los
hombres. Las mujeres han hecho trabajos tan relevantes, incluso más, que los de
los masculinos; nuestra historia, redactada por hombres, decidió ocultarlas
para que las próximas mujeres nos contentáramos con nuestro papel social de
madre, esposa, religiosa y todos los roles impuestos que conlleva.
Las mujeres estamos rompiendo con
las cadenas patriarcales. Nos hemos dado cuenta de estos tipos de violencia,
por ello los combatimos desde nuestras trincheras; dándonos el crédito que nos
han quitado. No hay formas perfectas de luchar porque la historia está llena de
derramamiento de sangre, por ello no es válido que nos digan “No son las formas”
cada mujer lo hacemos con las mejores armas que poseemos.
“…y la que quiera romper que
rompa, y la que quiera quemar que queme,
y la que no, que no nos estorbe”
–Yessenia Zamudio (víctima colateral de
feminicidio)
Magistral artículo Mtra. Mónica Maydez. Gracias por colocar estas ideas por escrito.
ResponderEliminarAle, por favor, ayúdame compartiéndolo. ¡Muchas gracias!
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