Mónica Maydez.
Lo importante y necesario de
conocer los tipos de violencia que existen, es que, una vez identificados, podemos
poner un alto al agresor o agresores. Por desgracia, el tipo de violencia del
que les quiero hablar en esta ocasión, se encuentra sumamente normalizada y por
ello pasa desapercibida.
Las expertas se han encargado de
nombrarlas con base a la acción u omisión de acciones violentas. Antes de
comenzar a describirlos, me gustaría recordarte que ningún hombre tiene derecho
a violentarte de ninguna forma, que no es sano normalizar los actos violentos
solo porque “así pasa en todos lados” o “porque así son los hombres” y mucho
menos “porque así era mi papá con mi mamá y mi abuelo con mi abuela”. Es
momento de romper con esta absurda normalización que cada día mata la
autoestima, la cordura y las ganas de seguir.
¿Cuántas veces te ha llamado loca?... Solo porque le dices que ya te
diste cuenta que sale con otra mujer, porque le haces saber que algo de lo que
hizo no fue de tu agrado, porque lo viste siendo muy amable con otra chica,
porque tú recuerdas que te dijo que saldría de trabajar temprano y llegó en la
madrugada cambiando por completo su discurso. Bueno, el que te llame loca por
alguna cosa constituye un tipo de
violencia llamado “gaslighting[1]”.
El que te califique de “loca” es porque él necesita que dudes de ti misma para
que no te des cuenta de algo que realmente está pasando.
Como resultado del gaslighting, la mujer violentada llega
al punto, deseado por el agresor, de dudar de su cordura, la autoestima va en
decadencia, se siente inferior y desequilibrada emocionalmente. Es un problema
más grave de lo que aparenta, en casos extremos, hay mujeres que han sido
internadas en un psiquiátrico como: desequilibradas mentales. En términos
clínicos puede ser entendida como una forma de esquizofrenia. Otras, han
llegado al suicidio.
La vida de la mujer tachada de
loca va en picada. Resulta que ya no solo ella duda de su cordura, sino también
sus familiares y amigos. Poco a poco se va quedando sola, ha perdido toda
credibilidad y nadie confía en ella. Esto hace que el triunfo del victimario se
asome. Declararla, ante los juzgados, como esquizofrénica la hace incompetente
para el cuidado de los hijos. Ya no solo pierde la confianza en sí misma sino
también a sus hijos o hijas. Paulatinamente, ella también se cree enferma
mentalmente.
Por desgracia, en nuestra cultura
patriarcal, está normalizado llamar loca a una mujer; incluso se excusa con que
es una broma. Lo cierto es que esto la hace enfermar y constituye, como ya lo comenté,
un acto de violencia.
Es constituido un micromachismo
porque es un acto sexista que se aplica de a poco hasta destruir la integridad
de la mujer.
Todos los micromachismos son
actos sutiles que se aplican paulatinamente; todos están orientados a dañar la
salud mental de la mujer y de lo que de ello se desprenda.
¿Te imaginas cómo sería vivir
dudando de lo que miras, lo que oyes, lo que hueles, etc. Solo porque a algún
patán se le ocurrió llamarte loca por un lapso de tu vida?
Si detectas este tipo de
violencia en tu relación de pareja (que es donde se ejecuta con mayor
frecuencia) o en algún familiar, amigo, compañero de trabajo; recuerda que la Ley
General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en el artículo
6, Fracción I, declara:
“La violencia psicológica.
Es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede
consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos,
humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones
destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las
cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación
de su autoestima e incluso al suicidio”.
Esta ley está hecha para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres.
[1]
Tomado de la Película “Gasligth”
de 1944. Unos recién casados se mudan a vivir a casa de una tía
recientemente fallecida. No obstante, pronto empieza la mujer a oír por las
noches en su ático, unos extraños ruidos que la aterrorizan, y la presión de su
marido, la atormentan hasta hacerla creer que se está volviendo loca...
Este artículo es muy bueno Moni, quedo al pendiente de las próximas entradas
ResponderEliminarGracias, Man, por leerlo. Saludos!
EliminarExcelente artículo, sería importante compartirlo, gracias por consientisar, saludos!!
ResponderEliminarMucho me ayudarías compartiéndolo. ¡Gracias!
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