Tenía tu mirada,tenía tu perfume,
No sabía si beberlo.
Un café;
con tus alas, con tus mares,
olía a tus jardines.
Una taza de café;
poseía tu dulzura,contenía tus palabras.
Tenía que hacerlo, comencé a beberlo.
Comencé a beberte.
Recorriste mi interior, a través de mis venas,
me hiciste cosquillas.
Te contuve en mi boca.
Calentaste mi pecho, revolviste mi estómago,
echaste a andar mis piernas. Encendiste mi mirada.
Me ofrecieron un café. Tenía tu alborada.
Mónica Maydez.
¡Increíble poema!
ResponderEliminar