Ser mujer en México.

 


Podría considerarse un crimen nacer con vagina en este país, cuyo nombre se escribe con la sangre derramada de las mujeres culpables de ser mujeres.  Un país más bélico que los “bélicos”. Ser mujer aquí, es ya una sentencia de muerte.

Una muerte indigna, inquisitoria, ignorada, desgarradora, alevosa, sin castigo. ¿Culpables? Sí, la mujer, por andar con minifalda enseñando las piernas y las nalgas, deseando ser violada. La mujer, por vivir en una zona roja y tener que salir a las cuatro de la mañana a tomar el bus hacia la fábrica. La mujer, por poseer la maldición de seducir a cualquiera. La mujer, por salir de fiesta y beber un poco de tequila, la mujer por el hecho de ser mujer.

Ser mujer en México implica un estigma que punza, que arde, que revienta.
Ser mujer en México es llevar a cuestas la agresión y la burla; la fuerza y la lucha.
Ser mujer aquí, es ya una sentencia de muerte.

Quizá aquellas, las silenciadas con rencor, hubieran preferido nacer en Rusia, Cuba, China, Irlanda… o quizá hubieran preferido ser un gato o un perro mimado; quizá un río empolvado o una montaña olvidada. Quizá hubieran preferido ser todo, menos lo que fueron: una mujer mexicana sentenciada a muerte desde su nacimiento, sin delito que declarar, más que el de ser mujer, ser mujer en México.

¡Alzo la voz por los pechos reventados, por los sexos femeninos perforados, por los cuellos mordisqueados y las zapatillas que quedaron olvidadas en el acantilado con los tacones rotos de tanto correr para salvar su vida. Ardo de coraje por las primeras infancias asesinadas y sus pequeños cuerpos no desarrollados y ya mutilados, vulnerados. Alzo las antorchas por las que fueron, las que somos y las que serán!

Ser mujer en México es lacerante, humillante, intimidante.
Ser mujer en México es hacernos vivir con sometimiento, con culpa, con miedo.
Ser mujer aquí, en este país, es ya una sentencia de muerte.

Mónica Maydez.
monica.maydez@gmail.com


Comentarios