Mictlantecuhtli, nuestro dios de la
muerte, el dios de la opacada raza de bronce, está de manteles largos. Justo en
estas fechas le celebramos con flores que han caído como lluvia, provenientes
de los rayos del sol: Cempasúchil, con su aroma amargo que nos transporta
a las funerarias. Ahí donde vemos por última vez a nuestros seres queridos,
perfectamente embalsamados y arreglados, para su despedida. Quizá su alma ya
llegó al Mictlán, bailando, cantando… confundida, porque no sabe cómo llegó
ahí.La raza
empobrecida, que usa cerveza como bebida ceremonial, sufre de un ataque
contra el corazón de sus mujeres: “Las muertas de Juárez” “Las
víctimas de los celos del hombre” “Las víctimas de feminicidios” “Las del
Campo algodonero" <hombres
alzando la voz por creer que la palabra: feminicidio, encumbra la vida de la
mujer y ¿qué hay de la de ellos? Los pobres hombres que sufren violencia
doméstica o piropos rebasando la línea de la admiración, tocamientos
inapropiados en el transporte público, los que son víctimas de violaciones
masivas o abusos sexuales cuando están altamente alcoholizados, o
desmembraciones corporales después de ser violados hasta el cansancio, por
último, los que son víctimas del sexismo> “las niñas víctimas de
abusos, violaciones, estrangulamientos, prostitución,
masoquismo, pornografía infantil, turismo sexual infantil y demás”.
Nuestra raza sufre una epidemia a
causa de la falocracia, esa superioridad viril que le ha dado la potestad de llamar
putas a todas las mujeres y obligarlas a tener un hijo producto de una
violación. ¿Qué no deberíamos hablar solo de maternidades deseadas? ¡La maldita
falocracia! Que romantiza la idea de una relación amorosa, sexual, incluso
del trabajo doméstico. ¡Una mujer no debe andar sola a altas horas de
la noche, porque por eso le pasa lo que le pasa! Es ya una verbena
popular.
¿Dónde quedó la libertad de las
mujeres para transitar sin más compañía que la de ellas mismas, por las calles
o por otras ciudades? No creo que esté debajo del sillón… El femenino es el sexo débil. Eso lo ha construido la sociedad androcéntrica, “Necesitas
un hombre que te proteja” ¿De qué? ¿Del mismo hombre que no sabe
respetar, valorar, aceptar a su semejante? Cómico.
¿Será que no hay más puta que la construcción social que han armado y la
historia que nos han contado, las religiones que nos han impuesto y el
hembrismo-machismo que nos ha marcado?
A todas las flores que han sido
arrancadas y cuyos pétalos fueron destrozados, siendo bañadas por el gargajo de
la indiferencia, a ellas, las de Chihuahua, Veracruz, Estado de México,
Guerrero, Michoacán, Tijuana, Sinaloa, Morelos, Querétaro, Hidalgo, Puebla,
etc. etc. millones de etcéteras. ¡A ellas, inteligentes y fuertes, que dejaron
el jardín despoblado, que gritaron al abismo, que lloraron al ver su cuerpo
destrozado, humillado y con tristeza, en estas fechas se dirigen al banquete
del dios de la raza putrefacta de bronce, esperando que la bebida de los dioses
les brinde algún tipo de consuelo!
Mictlantecuhtli, de manteles largos,
festín preparado sobre la larga mesa, copas rebosantes de pulque y cerveza,
esperando a todas las invitadas para abrazarlas...
¡Triste día de muertas!
Comentarios
Publicar un comentario